Las aves urbanas pueden ocasionar perjuicios sobre nuestra salud y a nuestros bienes.
Generen un doble sentimiento dentro de nuestra población:
¿Quién no ha dado de comer a las palomas cuando era pequeño? ¿Qué persona no ha contemplado en una de nuestras ciudades costeras un suave atardecer con las gaviotas revoloteando en el mar? ¿Quién no ha tenido en casa una cotorra, loro o canario?
Por otro lado, quien padece sus ectoparásitos, alergias, ruido o suciedad pueden tener una opinión muy distinta y quizás no tan romántica del tema.
A nivel general, diremos que existe un sentimiento mayoritario hacia el bienestar de nuestras aves, pero quienes padecen las consecuencias de alguna infección sobre la población son conscientes de los riesgos que implican para la salud. Las autoridades sanitarias realizan campañas sistemáticas de captura para mantener a la población de aves dentro de unos límites aceptables.
Las principales aves que nos encontramos en nuestro entorno urbano son: palomas, gaviotas, estorninos y cotorras.